En todo el mundo, millones de cafés, bares, pubs y restaurantes han sido catalogados como servicios no esenciales y han tenido que cerrar sus puertas.
Obviamente esos no son negocios que puedan mantenerse trabajando en casa.
¿Que están haciendo esos emprendedores para sobrevivir? Hay varios enfoques.
Un conocido bar y restaurante en Sydney, The Golden Gully, hace delivery de vino, sesiones de cata a través de Zoom y clases de cocina en línea con su chef.
Bread Ahead, una panadería en Londres, transmite en vivo sesiones de repostería casera por Instagram, vendiendo cupones de regalo en línea para pan y futuros talleres. Après, un café sin gluten a tres paradas de metro, se ha convertido en un supermercado y hace delivery.
En Nueva York, Kate Waldryn empleada del café Jack’s Wife Freda comenzó un GoFundMe para pedir ayuda y pagar a los empleados de tres sucursales. No le fue mal: recaudó 6.500 dólares en una semana.
Mile End Deli, tienda de delicatessen de Nueva York, ya tenia un servicio de delivery antes del cierre y lo mantiene. Pero ahora ofrecen la posibilidad a sus clientes de patrocinar comidas para profesionales médicos en la primera línea de defensa. Aunque las ventas cayeron 60% y los ingresos solo dan para pagos de sueldos e ingredientes. No es una solución viable ni a corto plazo, pero al menos no han despedido a nadie.
Hay quienes están probando suerte con servicios como Uber Eats o similares. El problema es que Uber cobra cerca del 30%, lo que hace inviable el negocio a menos que se manejen altos volúmenes de venta.
Estos servicios de entrega, que gozan de un aumento explosivo en sus restaurantes afiliados, están empezando a tomar medidas para proteger a las pequeñas empresas: Uber Eats renunciará a la tarifa de entrega de 100.000 restaurantes independientes en EE.UU. y Canadá hasta el 19 de abril. DoorDash está eliminando las comisiones por pedidos de recogida, así como recortando las tarifas de inscripción para nuevos negocios. Grubhub diferirá temporalmente el valor de 100 de dólares millones en comisiones para ayudar a las empresas que luchan contra los cierres de COVID-19.
Sin embargo, muchos insisten en que no es suficiente. El aplazamiento de la comisión de Grubhub es en realidad un retraso de la comisión: una vez que finaliza el período de aplazamiento, los lugares tendrán que devolver el dinero que ahorraron.
Al final de este desastre, todo va a cambiar. Debemos reinventarnos desde ya para prepararnos a vivir el mundo post pandemia.