“La temperatura del iPhone debe disminuir antes de que pueda usarlo”, dice la pantalla. ¿Qué pasó? ¿Se arruinó el teléfono?
No, no se arruinó. Aunque en las redes sociales circulan de vez en cuando imágenes de dispositivos quemados por sobrecalentamiento; el último, un Samsung Galaxy S4 de un usuario de Arabia Saudita con la parte baja deformada por el calor. Esa es una consecuencia extrema del recalentamiento de un celular. Pero puede haber otras, como la disminución de la vida útil de la batería.
Si aparece este mensaje, debes apagar el dispositivo, trasladarlo a un entorno más frío y dejar que su temperatura baje antes de volver a utilizarlo.
¿Pero por qué se calentó demasiado?
Quizá te tocó una ola de calor de más de 40 grados. Si además tienes el dispositivo expuesto a la luz solar directa durante un largo periodo de tiempo, también es definitivo para que se recaliente. Dejar el smartphone en el auto un día caluroso tendría esas mismas consecuencias.
Aunque el recalentamiento no siempre se debe a la temperatura ambiente. El uso del GPS en el coche durante un largo recorrido también puede tener ese efecto. Al usar el GPS, el dispositivo debe utilizar el sensor durante el 100% del tiempo, con la pantalla encendida y conectado a internet.
El uso de cargadores de batería que proporcionen más corriente de la necesaria también pueden tener ese efecto.
De la misma manera, el uso intensivo de juegos con alta calidad gráfica o demasiado pesados para la memoria RAM y las características del CPU de tu celular también pueden conllevar el excesivo calentamiento del mismo.
Entonces, ¿cómo evitarlo?
En el último de los casos expuestos, conviene evaluar las condiciones del hardware del dispositivo antes de descargar un juego de estas características.
También debes comprobar si se están ejecutando aplicaciones o programas sin que te des cuenta. Y si notas una fuerte alza de la temperatura, inhabilita funciones como el GPS, Bluetooth o la conexión wifi. Evitarás una sobrecarga de procesos.
Reducir el brillo de la pantalla es igual de recomendable cuando se ejecutan juegos o películas por largos periodos de tiempo.
No hay que tener el smartphone en lugares poco ventilados durante mucho tiempo.
Y, sobre todo, no hay que dejar el teléfono inteligente en un lugar con poca ventilación, como por ejemplo debajo de la almohada, sobre todo si se está cargando su batería o si está descargando alguna aplicación.
Controla la temperatura con apps
Existen en el mercado varias aplicaciones para smartphones que, una vez instaladas, escanean por completo el dispositivo para determinar su temperatura en cada momento. Uno de los más populares para el sistema operativo iOS es iStat 2, una app que monitorea por completo la actividad de un iPhone.
Otra de las opciones si tienes un dispositivo de Apple es el System Status Lite, que reconoce las aplicaciones que mayor carga de energía generan y las elimina.
Y si lo que tienes entre manos es un smartphone Android, podrías optar por la aplicación gratuita Cooler Master. Tras escanear el dispositivo para determinar la temperatura que tiene en ese momento, establece los servicios que producen sobrecalentamiento y los borra.
También encontrarás otras opciones en el mercado para teléfonos con el sistema operativo de Google. Entre las más interesantes se encuentran Phone Overheat Alert, TempMonitor o Cpu Gauge.
Con ellas no tendrás que esperar a llegar al punto crítico.