No es ningún secreto que muchos funcionarios estadounidenses están preocupados por los ataques dirigidos a las elecciones de 2020, pero esta vez hay un temor que no estaba presente en 2016: el ransomware.
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Reuters se enteró de que la Agencia de Seguridad de Infraestructura de Seguridad Cibernética (CISA) de Homeland Security está preocupada de que las bases de datos electorales puedan ser objeto del mismo tipo de ataques de ransomware que han afectado a ciudades como Atlanta y Baltimore. En consecuencia, se está asociando con funcionarios electorales y compañías relevantes para proteger sus bases de datos y preparar respuestas para posibles ataques.
La preparación incluye educación y recomendaciones, así como verificaciones más inmediatas, como pruebas de penetración remota y escaneos de vulnerabilidad. Sin embargo, no implicará asesoramiento sobre si los gobiernos estatales deberían o no pagar rescates. Seguridad Nacional quiere que los sistemas sean lo suficientemente herméticos como para no verse obligados a tomar esa decisión, dijo a Reuters un funcionario no identificado.
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No se necesita mucho para comprender la gravedad potencial. El ransomware podría bloquear a los estados de sus datos de votación en momentos cruciales, provocando demoras e incluso socavando la legitimidad de las elecciones. Y dado que los datos cambian constantemente, no se garantiza que las copias de seguridad de los estados estén actualizadas.
No hay certeza de las medidas de CISA y otras serán suficientes con aproximadamente 14 meses antes de la votación. Sin embargo, a diferencia de 2016, los trabajadores electorales son mucho más conscientes del potencial de violaciones de datos de Rusia y otros gobiernos hostiles. Si el ransomware impacta, podrían recuperarse más rápidamente después.