Tu mejor amigo te llama, agitado y furioso, y te pregunta: “¿Por qué escribiste eso tan horrible sobre mí?”.
Ni siquiera sabes a qué se refiere.
“Lo que colgaste en tu muro de Facebook”, te dice.
No recuerdas haber escrito nada ofensivo en la red social, menos que hiciera referencia a tu amigo. Pero la frase está ahí. En el muro de un perfil parece tuyo. Tiene tus fotografías, el año en el que naciste, tu estado… todos los datos que incluirías en uno propio.
La cuenta es tan verosímil que hasta tu mejor amiga le aceptó una solicitud de amistad.
Sin embargo, no tienes el mínimo control sobre este; ni, por supuesto, lo que se publica en él.
Es lo que en la jerga de internet se conoce como un trol (troll, en inglés), alguien que asume la identidad de otro y crea mensajes con diferente tipo de contenido como groserías, ofensas, mentiras difíciles de detectar, con la intención de confundir.
Cada vez más frecuente
Tras tener acceso a la Unidad del Crimen de Alta Tecnología de la Policía de Devon y Cornwall, en Reino Unido, la BBC llegó a la conclusión de que el escenario planteado arriba es cada vez más frecuente, sobre todo entre jóvenes.
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Los expertos de la unidad explican que el aumento de casos se debe a la configuración débil de la privacidad en internet, combinada con la profesionalización de los trols.
En esa línea, cuentan que últimamente cuentas réplica se han utilizado para lanzar amenazas de muerte, por ejemplo. Y lo que podría haberse quedado en unas palabras ofensivas en internet ha desembocado en palizas a aquellos a los que le fue robada la identidad, señalan.
Replicar un perfil de una red social consiste en recopilar bits de información y juntarlos, como si de un rompecabezas se tratara. Cuantas más piezas se consigan, más creíble será el puzzle.
Y aunque nunca podrás impedir del todo que te roben la identidad en internet, sí hay medidas que puedes tomar para hacer la vida de un trol un poco más difícil. La BBC te ofrece consejos a aplicar en las dos principales redes sociales.
La mejor manera de proteger tu perfil en la red social Facebook es hacerlo completamente privado, de forma que sólo la gente que conoces y aceptaste como amiga pueda consultarlo. Pero hay más:
1. Asegúrate que tus sólo tus amigos pueden leer los mensajes que publicas.
Los elementos clave, como tu nombre, la foto de perfil y la de cabecera, por ejemplo, están a la vista de todo el mundo. Pero hay aspectos que puedes bloquear para ocultarlos de fisgones. Si en el menú principal seleccionas el apartado “Privacidad”, una nueva ventana te planteará tres preguntas con varias alternativas como respuesta. Para la pregunta “¿Quién puede ver mis cosas?” selecciona la respuesta que te venga mejor, siempre que no sea “Público”. Con eso limitarás el acceso a lo que vayas a publicar en el futuro. Y para lo que ya esté colgado, asegúrate también de “limitar el público de las publicaciones antiguas”.
2. Controla quién puede contactarte por este medio
En el mismo apartado, “Privacidad”, del menú principal encontrarás la siguiente pregunta: “¿Quién puede ponerse en contacto conmigo?”. Y bajo esa, esta otra: “¿Qué mensajes quiero filtrar?”. Por defecto, tu perfil estará configurado con el filtro básico, que permite a tus amigos y usuarios a los que podrías conocer enviarte mensajes. Pero si quieres dificultar la acción de un potencial trol, será mejor que escojas la opción “filtro estricto”. Asimismo, podrás escoger de quién te llegan las solicitudes de amistad: de cualquier usuario de la red social o sólo de amigos de amigos. Por supuesto, la segunda opción es más segura.
3. Controla quién te busca
Limitar las posibilidades a que te encuentren por medio de la cuenta de correo electrónico o el número de teléfono que utilizaste para registrarte en Facebook también es una medida de aumentar la seguridad de tu perfil. Y eso también se puede modificar desde el apartado “Privacidad” del menú principal. Puedes elegir que quien te busque y encuentre por la dirección de correo o número de teléfono que proporcionaste sean tus amigos, los amigos de tus amigos, o cualquier usuario de la red social. Siempre la primera opción será la más segura. Y si aún tienes ganas de hacerle la vida imposible a un posible trol, puedes bloquear la opción de que otros motores de búsqueda muestren el enlace a tu biografía.
1. Piénsalo dos veces antes de añadir la ubicación a tus tuit
En el apartado “Seguridad y Privacidad”, puedes desactivar la opción de añadir la localización a los mensajes. Eso tendrá efecto sobre los tuits futuros, pero si quisieras eliminar la ubicación de los mensajes pasados, Twitter te ofrece la opción de borrar también esos datos.
2. Considera desactivar el geolocalizador de tus imágenes
Cuando compartes una fotografía en Twitter, es posible que la información sobre la localización de la imagen que registra la cámara del teléfono como metadato termine llegando a aquellos que la reciben por medio de la red social. Cualquiera con un software como, por ejemplo, Exif podría descifrarlo. Pero hay formas de desactivar la función geolocalizadora de la cámara. De ello se encargan las aplicaciones como deGeo, para iPhone, o Photo Privacy Editor, para sistemas operativos Android.
Estas medidas garantizarán la inviolabilidad de tu identidad, pero al menos harán la vida del potencial trol más difícil.