Internet está lleno de trampas y la mayor parte de ellas tienen un solo objetivo: que gastes más tiempo o dinero.
Cuando navegamos, muchas veces leemos el contenido por encima sin prestar demasiada atención a los detalles o la letra pequeña y ahí es donde se aprovechan de nosotros.
Los diseñadores web nos manipulan psicológicamente a través de distintas herramientas para que hagamos clic en una sección determinada o pasemos en su sitio mucho más tiempo del que nos gustaría.
El consultor de usabilidad en la red Harry Brignull fue uno de los primeros en identificar este tipo de fraude.
“Los patrones oscuros están en toda la web y en muchas aplicaciones”, le contó Brignull a la BBC.
El especialista dice que existen más de una decena de trucos diferentes. Estos son algunos de ellos:
Bait and Switch (señuelo y cambio)
Consiste en hacer creer al internauta que navega por una página que lleva una determinada acción, pero que en realidad hace algo que no desearía.
“El ejemplo más famoso fue el truco de Microsoft para que sus usuarios actualizaran sus sistemas a Windows 10”, dice Brignull.
La polémica empezó con la aparición de una ventana con el mensaje “Windows 10 es una actualización recomendada para esta computadora”. Al hacer clic en el botón rojo de la esquina superior derecha de la cajita emergente, la actualización se activaba sin ser solicitada.
Spam amigo
Ocurre cuando nos piden nuestro email o nuestras credenciales de Twitter, Facebook y otras redes sociales que después usan para enviar spam a tus amigos de tu parte.
“El ejemplo más famoso de este patrón oscuro fue usado por LinkedIn y resultó en una multa de US$13 millones como parte de una demanda colectiva en 2015”, dice Brignull.
Avisos publicitarios encubiertos
La red está repleta de anuncios encubiertos que muchas veces se disfrazan de botones de descarga que tratan de burlar a los internautas para que hagan clics en ellos.
Brignull pone como ejemplo Softpedia, una popular web de descargas de software, que suele incluir varios enlaces de descarga que, en realidad, son publicidad encubierta.
Continuidad forzada
Se aplica cuando nos ofrecen probar un servicio gratuitamente y para ello nos piden datos de la tarjeta de crédito, para cuando el período sin costo finalice.
El problema es que muchas veces nos olvidamos de cancelarlo -o no sabemos cuando hacerlo o no nos facilitan la forma de hacerlo- y acabamos gastando dinero en algo que no queríamos.
Costes ocultos
Son cargos adicionales por gestión o similares, de los que muchas veces no nos informan. El problema ocurre cuando te piden primero los datos bancarios y que realices el pago. Entonces, no hay marcha atrás.
Otras veces, cuando revelan esos costos el proceso ha sido tan largo y tedioso que anular la compra resulta más agotador y fastidioso que hacer frente al pago.
Privacidad “Zuckering”
Este patrón oscuro hace referencia al director ejecutivo de Facebook, Mark Zuckerberg, debido a los problemas iniciales que tuvo su red social respecto a los controles de privacidad que prometió a sus usuarios en 2010.
Para activar esas opciones era necesario seguir un proceso tedioso.
Se trata de interfaces de usuario diseñadas para que compartamos públicamente más información sobre nosotros mismos de lo que realmente deseamos o pensamos que estamos haciendo.
Distracción
El diseño hace a propósito que centres tu atención en una cosa para distraerte respecto a otra.
Y pone como ejemplo a la aerolínea australiana de bajo costo Jetstar. “Funciona como uno podría esperar. Haces una búsqueda y eliges los vuelos que quieres. Después puedes elegir el asiento por un coste adicional de US$5, si lo deseas”.
“Pero lo que es engañoso es que ellos ya preseleccionan un asiento por ti con el que suman ese extra y te hacen creer que estás evitando esa opción, cuando no es así”.