En algún lugar del mundo hay ahora mismo una banda de hackers criminales dándose golpes contra una pared. No es para menos. Un error ortográfico a la hora de intentar robar cientos de millones de dólares a un banco ha provocado que al final su plan no haya salido tan redondo como esperaban.
Accediendo a los servidores del Banco de Bangladesh, los criminales fueron capaces de robar los datos de acceso que se utilizan para realizar transferencias en línea. Con semejante información en la mano, comenzaron un bombardeo de peticiones al Banco de la Reserva Federal de Nueva York, enviando más de 30 peticiones de solicitud de transferencia de dinero a organizaciones en Filipinas y Sri Lanka. La entidad autorizó las cuatro primeras, sin embargo, un banco de Alemania, Deutsche Bank, marcó la siguiente solicitud en curso, dado que algo no parecía correcto en los datos de destino. La culpa era de los propios hackers, que habían escrito mal “foundation” (fundación) -en su lugar, habían puesto “fandation”- lo que enseguida alertó a los sistemas.
Al comprobar Deutsche Bank que la ONG “Fandation Shalinka” no existía, pararon el proceso para esclarecer la situación, lo que terminó llevando a la sospecha de que estas transferencias podían ser de carácter fraudulento. A pesar de ello, los hackers fueron capaces de llevarse 81 millones de dólares con las cuatro primeras peticiones, una cantidad realmente importante, aunque nada comparado con el saqueo que podrían haber podido conseguir de no haber tenido semejante error ortográfico: cerca de 850 millones de dólares.
Las autoridades de Bangladesh están intentando ahora averiguar cómo se produjo el ataque. Se piensa que los ladrones estuvieron espiando a los empleados para conseguir el acceso a los servidores, aunque hasta que la investigación concluya no se podrá saber más al respecto. Sea como sea, las esperanzas de dar con los criminales y de recuperar el dinero son más bien nulas.